Y fue así que andaba una noche un ladrón sobre una ca- sa de un hombre rico, y hacía luna, y andaban algunos compañeros con él; y en esta casa había una finiestra por donde entraba la luz de la luna al hombre bueno. Y despertó el dueño de la casa, y los sintió, y pensó que tal hora no andarían por sus tejados salvo ladrones; y despertó a su mujer, y le dijo: -Habla quedo, que yo he sentido ladrones que andan encima de nuestro te- jado, y dime, cuando los sintieres cerca de aquí: -¡Ay marido! ¿No me dirás de qué llegaste tantas riquezas como habemos? Y cuando yo no te quisiere responder, sígueme preguntando hasta que te lo diga. Y oyó ella al ladrón y comenzó a preguntar al marido lo que le había mandado, y el ladrón comenzó a escuchar lo que decían. Y el marido hizo semblante que no se lo que quería de- cir, y ella le siguió tantas veces hasta que le dijo: -Yo te lo diré, pues que tanto lo quieres saber. Sepas que yo no junté todas estas riquezas salvo de ladronía. Y dijo la mujer:-¿Cómo puede ser eso, pues las gentes te tenían por hombre bueno? Anónimo. Calila e Dimna 4
Los elementos propios de la prosa medieval que se obser- van en el fragmento son: SELECCION MULTIPLE